La emoción de ser maestros rurales (aunque sea por un mes)

Aunque aún nos queda mucho material por producir y editar y una extensa fase de trabajo a distancia, se acerca el final de la fase presencial de Circópolis Escuelas Rurales Argentinas, luego de un intenso mes de trabajo durante todo abril en Yacochuya, Salta. Hablaré en primera persona, pero estoy convencido que este es el sentimiento de todos mis compañeros en esta utopía pedagógica llamada Circópolis: Alejandra García, Sergio Arciénaga, Gustavo Iovino, Antonio Tita, Ana Meneses, Katherine y Frederic y nuestro padrino Roberto Robino. Antes que nada, gracias a todos ellos. Y a los profes Petrona, Elio y Lorena por dejarnos ser sus maestros ayudantes durante un mes.

Emigré desde Buenos Aires a Barcelona hace ya 15 años. En esos años, he viajado por casi todo el mundo, especialmente por Iberoamérica. Viví muchas experiencias profesionales y de vida. Pero esta experiencia en la escuela rural de Yacochuya, es lo más hermoso que me ha pasado en mi vida profesional. Cuando inicié este proyecto, teníamos el objetivo principal de devolverle a la educación pública argentina algo de todo lo que nos había dado. En mi caso, desde los 6 hasta las 25 años me formé en instituciones públicas.

Pero este objetivo inicial se ha visto completamente superado por lo que vivimos desde que llegamos a Yacochuya ya hace casi un mes. A nuestro alrededor descubrimos una escuela ideal: un paradigma de educación básica. Un entorno mágico, en los valles calchaquíes, entre viñedos de la más alta calidad. Una comunidad educativa increíble, multigrado, solidaria, con gran compañerismo, sin bulling ni violencia, sin disciplina rígida y con autodisciplina. Respeto total a los adultos y unos profes generosos y abiertos a nuevas experiencias pedagógicas. y sobre todo, lo que más descubrimos es amor, mucho AMOR de los niños.

En 2013 renuncié a a mi lugar de profesor permanente en la universidad española donde trabajaba, porque había dejado de sentir todo esto que he sentido en este mes de abril: respeto y amor a los educadores. Cada día que llegábamos a la escuela, venían los chicos corriendo a abrazarnos.

Hicimos muchas prácticas pedagógicas:

• Scratch + Origami para construir breves narrativas digitales.
• Bee-bot + Quiver + Google Maps, para los viajes lejanos de la profe Alejandra.
• Juegos didácticos matemáticos, diseñador por los niños de secundario del Colegio Newlands de Buenos Aires.
• Estamos produciendo Radio Changuitos, una radio en streaming, contándole al mundo la tradición cafayateña de las corridas, como se hace un queso de cabra casero, como tratar a los animales, entre otras genialidades de los chicos.
• Hicimos dos “Encuentros Misteriosos”, vía Skype y Hangout con una escuela de Barcelona y otra de Buenos Aires.
• Estamos produciendo contenidos audiovisuales para un canal YouTube y un documental.
• Y todo este trabajo está contenido en esta web: circopolis.net/changuitos y en la página en Facebook que armó nuestra compañera Katherine.

 
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Pero estas actividades quizás no sean lo más importante de la experiencia de Circópolis en Yacochuya. Quisiéramos compartir 5 ideas con los alumnos, los docentes, nuestros colegas y sobre todo con los padres de los niños de la Escuela rural. Estas palabras están pensadas para los padres, más que para todos los demás.

1. Lo más importante en la educación es la alfabetización, la lectoescritura y la comunicación. Saber comunicarse con los demás y saber expresarse. Saber compartir las ideas que uno tiene es un valor intangible enorme, imprescindible, es libertad.

Nos dicen que la escasa comunicación de los chicos es cultural de esta región, pero creemos que es una de las debilidades más importantes que hemos visto en este mes de trabajo en Yacochuya. Y no basta con lo que los maestros hacen en la escuela. A los padres les pedimos que ayuden a sus hijos a leer y escribir bien, y a poder expresarte correctamente. A poder comunicar sus pensamientos, sus ideas y sus intereses. A los niños les decimos que poder comunicarse correctamente abre puertas en la vida, otorga libertad, y ayuda a los demás a comprender lo que pensamos, queremos y sentimos. Más allá de lo que hagan los maestros y los padres, ustedes deben esforzarse solos en aprender a leer, escribir y comunicarse con fluidez. Y por ahora es una tarea pendiente.

2. La educación empodera, da libertad y nos ayuda a ser mejores personas y ciudadanos. Es el punto de inicio para poder ser en la vida lo que una quiera y trabajar en lo que uno ame y guste hacer. A los padres les pedimos que recuerden la obligación que tienen de educar a sus hijos, bajo cualquier circunstancia en la vida. A los niños les pedimos que no renuncien a su derecho a la educación. Después de la primaria, viene la secundaria. Y todos -especialmente los padres- tenemos que hacer el esfuerzo para que haya la menor deserción escolar posible.

3. Todos somos maestros. La casa es la primera escuela. Los padres deben ayudar a sus hijos en su educación. Y los chicos también son maestros. Pueden enseñar a sus compañeritos. Los niños nos enseñaron muchos saberes a los maestros invitados. Además, enseñar no es solamente enseñar en un aula. El proceso es mucho más complejo y abarca todo tipo de momentos y espacios informales. Conversar 10 minutos con un niño en el patio de juegos puede ser muchas veces mejor que dar una clase. A los maestros les decimos que persistan, que sigan así. Que no dejen nunca de aprender, que se abran a las nuevas tecnologías para poder dialogar con los chicos y sobre todo para empoderarlos. Que ellos vean que pueden con todo y con todos.

Hace algunos años un colega a quién admiro me dijo que el mejor modo de cambiar en tu vida profesional es intentar trabajar con personas que están haciendo lo que tú querrías hacer en el futuro mediato. Y nosotros estamos aquí, porque queremos hacer lo que ustedes hacen día a día, año tras año: transformar a niños en ciudadanos de bien.

4. Chicos, no dejen nunca de jugar! Nosotros hemos venido a Yacochuya a trabajar, pero también estamos jugando. Si cuando trabajas, juegas y además, te pagan por ello, has conseguido parte de la felicidad en tu vida. Deben esforzarse mucho ahora para no tener que dejar de jugar nunca en la vida. Parece una paradoja, pero para jugar más y mejor en el futuro, deben estudiar mucho más ahora.

Sean aprendices profundos. El pedagogo Ken Bain analiza categorías de alumnos: aprendices profundos (sabedores conectados, pensadores independientes, críticos y creativos); aprendices estratégicos (aquellos que se centran en que les vaya bien, sin desarrollar una comprensión en profundidad); aprendices superficiales (evitan meterse en líos y no equivocarse. Recurren a la memorización y sólo intentan reproducir lo que han oído). Sean aprendices profundos. Cuando las personas creen que están al mando de la decisión de aprender, disfrutan más. Y procuren no ser superficiales en su aprendizaje.

5. Persigan sus sueños. Alcanzar los sueños empieza con una buena educación. Para un entorno como Yacochuya, la escuela es un ascensor social que los llevará lejos. Por ningún motivo dejen la escuela. Los maestros que venimos desde lejos soñamos en qué ninguno de ustedes tenga que dejar de hacer la secundaria. E insisto con ello. Y esto es también una tarea para los padres: hacer todo lo posible para que los chicos terminen la escuela secundaria y quizás puedan llegar a los estudios terciarios. Hace unos días hablábamos con el profesor Elio sobre su familia y como su profesión docente le permitió formar a cientos de niños durante más de 20 años. Y también le permitió -siendo uno de 9 hijos de una familia con mucha carencias- que sus propios hijos hoy pudieran estar estudiando en la universidad en la ciudad de Salta. Y eso es motivo de un gran orgullo personal y familiar.

El genetista de 90 años, William Stone dice que La fórmula de éxito para los jóvenes es “disciplina, enfoque, pasión y autoconfianza”. Quizás todavía no lo puedan entender, pero si hacen poco esfuerzo por aprender, la sociedad luego hará poco esfuerzo por integrarlos exitosamente. En cambio, si se esfuerzan en la escuela, la sociedad los recompensará dándole buenas oportunidades.

Amen el conocimiento. Aprendan solos sin que nadie se los pida. Descubran, lean, naveguen por Internet, busquen palabras en Google e investiguen que sucede en el mundo. Nunca, nunca dejen de aprender. Llevo 40 años aprendiendo, y estudiando y cada vez me resulta más divertido. Aquí en Yacochuya estamos enseñando, pero también estamos aprendiendo de ustedes.

A mis compañeros les agradezco y les digo que este fue el primer prototipo de Circópolis Escuelas Rurales Argentinas. Y habrá muchos más. Seguiremos intentando hackear la educación. Me hace feliz sentir capacidad de hacer cualquier cosa cuando estamos juntos. Nos iremos por un tiempo, pero volveremos a vernos. Gracias, de verdad, muchas gracias a todos !

 

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