Hacia el post-capitalismo. La herencia de la revolución digital

Hacia el post-capitalismo. La herencia de la revolución digital

Nada más falso en el discurso económico que la idea de “fuerzas libres del mercado”. Nunca son libres. Siempre existen estructuras monopólicas o oligopólicas detrás en una tóxica relación de amistad entre Estado, corporaciones y lobbys negociando sus beneficios con la política. Estamos rodeados de un mundo de corporaciones que ofrecen condiciones desventajosas -y a veces deshonestas- al consumidor, sin que los gestores públicos puedan y quieren hacer nada. A su vez, somos dependientes de un entorno financiero que acumula ganancias para si mismo pero socializa pérdidas con el Estado. En los mercados financieros, si el riesgo de los operaciones de sus actores está socializado -como vimos en la última crisis española-, las ganancias también deberían socializarse. Y es la obligación de los Estados legislar y presionar para que eso suceda. En ese contexto la palabra crisis tiene un uso extraño. Veamos el caso español. Crisis es ganar 709 millones de beneficios en tres meses como hizo el BBVA y despedir a más de 2.000 personas (hablando de crisis). Sin embargo, para el gobierno del Partido Popular, salir de la crisis es nuevos ingresos al mercado laboral con salarios por debajo de los 1000 euros.

Los fallos económicos de Occidente están erosionado valores e instituciones que creíamos permanentes. Desde 2008, con la caída de Lehman Brothers y los múltiples fallidos de los bancos, trillones de dólares se consumieron solamente para mantener funcionando el sistema financiero global. El orden mundial liderado por organizaciones como el Banco Mundial y el FMI sobrevive, pero cada vez más debilitado. Y los conflictos de todo tipo -el principal el terrorismo- atacan al centro el capitalismo. Por último, la proliferación de trabajo basura y la explotación es decepcionante para la civilización del siglo XXI, porque muestra un capitalismo egoísta que maltrata a sus trabajadores para aumentar las ganancias de unos muy pocos capitalistas ya saturados de bienes y con inmejorables condiciones de vida. Entonces, ¿Qué ha venido a traer la revolución digital para mejorar nuestro modelo económico? Este es el análisis del nuevo libro de Paul Mason, Post capitalism. A guide to our future, editado en 2015. Sugiero esta entrevista al autor en The Guardian.

El concepto de post-capitalismo no es nuevo y está directamente asociado con el de post-digitalismo que tantas veces hemos mencionado. En 1993 Peter Drucker lanzaba Post-capitalism society, publicado antes que la mayoría de los miembros de la sociedad red -incluido yo- navegara por primera vez en Internet. Para Drucker del gran nuevo desafío del post-capitalismo era preparar a los trabajadores del conocimiento a realizar el tipo de conexiones que la mente de un Einstein haría espontáneamente. Bajo la misma argumentación giran las ideas de Paul Mason. La figura del postcapitalismo es “la persona universalmente educada”, muchas veces con intereses opuestos a las estructuras jerárquicas del capitalismo del siglo XX.

En el corazón del cambio del capitalismo están las tecnologías de la información y su capacidad de colocar en costo (o precio) cero muchas de las acciones “económicas” que los seres humanos realizamos, así como reducir al máximo las costos de hardware, software y conectividad. Para Mason, el capitalismo está mutando hacia una cosa completamente nueva. Y eso nuevo nos lleva hacia un modelo más sustentable y social basado en micromecanismos espontáneos completamente diferentes. Aún somos capaces de configurar el postcapitalimo, porque -entre otras cosas- muchas de las tecnologías de la información que se han creado son incompatibles con la forma presente del capitalismo y su forma más salvaje: el neoliberalismo. Lo esperanzador es que si estos micromecanismos diseñados de manera modular escalan, existe una ruta de escape al neoliberalismo.

Para Paul Mason, “El capitalismo es un sistema complejo y adaptativo que ha alcanzado el límite de su capacidad de adaptación”. Además, muestra cada vez más nítidamente sus contradicciones entre “la posibilidad de abundantes bienes e información y un sistema de monopolios, bancos y gobiernos intentando mantener los bienes y la información escasa, privada o secreta. Sin embargo, para Mason, combatir el neoliberalismo es la parte menos difícil de este post-capitalismo fundacional. “Capitalismo es la fábrica de Primark que colapsó en Bangladesh y es también la actitud de una joven en Londres sobreexcitada por la apertura de una tienda de Primark el primer día de rebajas”. Para Paul Mason el post-capitalismo es posible debido a tres factores de la innovación basadas en TIC.

1. La creciente eliminación de las barreras entre trabajo y ocio y la necesidad de formar y fomentar mayor trabajos creativos y menos trabajos automatizados para las personas. Las personas pueden trabajar desde cualquier lugar del mundo a velocidades diferentes y en mercados globales.

2. Los bienes informacionales han destruido la habilidad del mercado para formar precios basados en la escasez y los monopolios. La relación entre trabajo y bienes físicos e información ha cambiado de la mano de la cognificación. Para el autor, “el gran avance tecnológico de los primeros años de este siglo XXI no consiste en crear nuevos objetos sino en hacer inteligentes los preexistentes. El conocimiento que lleva dentro un producto tiene mucho más valor que los materiales físicos que utiliza en su producción. Por otra parte, xapturar externalidades positivas se volvió el problema de valor número uno para las organizaciones. La fábrica ya no son solo tus trabajadores sino la sociedad entera que diseña contigo a través de sus interacciones, su compromiso con la marca y sus opiniones y groundswell. Todas las empresas se vuelven cosas físicas (ya lo eran) mas información.

3. El crecimiento de la subcultura de la producción y el consumo colaborativo y ente pares, desde Wikipedia hasta las plataforma sede crowdfunding, destruyendo las estructuras jerárquicas tradicionales de las organizaciones capitalistas.  Existen nuevas formas de propiedad y alquiler. ¿Cuánto del valor de un computador, un teléfono móvil o un coche representa sus componentes, cuánto el trabajo que lleva para ensamblarlo y cuánto la información que éste lleva adentro en su investigación y diseño? Las TIC corroen completamente las lógicas del mercado para la formación de precios. A la vez crea una economía que no es de mercado sino basada en el interés reputacional o espiritual de compartir a través de recursos abiertos de uso colectivo. Según la economía de mercado tradicional, la Wikipedia no debería existir y mucho menos Linux.

 

 

Para finalizar, comparto algunos principios básicos de la transición hacia el post-capitalismo, creados por Paul Mason en su ensayo.

1. Comprender las limitaciones de los seres humanos para dirigir los sistemas frágiles y complejos como la economía. Trabajar y probar en pequeñas escalas antes de diseñar políticas macroeconómicas. Para organizar los cambios, las redes funcionan mejor que las jerarquías, pero solamente si respetamos su complejidad y fragilidad.

2. Sustentabilidad ecológica. Desarrollar tecnologías que respondan a ese desafío.

3. La transición no es solo económica, sino centrada en las personas, teniendo en cuenta las nuevas inseguridades y las nuevas prioridades. Las personas vemos nuestro entorno más allá de la economía, y nos comunicamos e interactuamos diferentes.

4. Atacar los problemas desde todos los ángulos. Con el crecimiento de las redes, las soluciones ya no son solo responsabilidad de los Estados, corporaciones y partidos políticos. Diseña tu red y evoluciona para ser un factor de cambio.

5. Maximizar el poder y apertura de la información. Podemos medir nuestra salud, alimentación, educación, consumo, comportamiento de tránsito, vida en el hogar, etc. Los datos agregados de nuestras vidas son una poderosa tecnología social. Crear mayor democracia social evitando los nuevos monopolios de la información.

6. Los proyectos entre pares, los modelos de negocios colaborativos y las actividades sin fines de lucro suelen ser de frágil evolución y con inicios de baja escala. Esto obliga a reconfigurar el sistema de tasas para favorecer la creación de negocios colaborativos y/o sin fines de lucro.

7. ¿El trabajo se volverá voluntario en las economía desarrolladas? Pagar a todos un salario básico solo por el hecho de existir. Formalizar la separación del trabajo y un ingreso mínimo. Subsidiar la transición a jornadas de trabajos más cortas es una forma de atacar la creciente automatización que ya ha hecho y seguirá haciendo obsoletas muchas actividades humanas. Para acelerar aún más el progreso tecnológico, tenemos que redistribuir los beneficios de la digitalización. Una persona es más útil y feliz disfrutando el ocio y aprendiendo nuevas cosas de manera autónoma que realizando un trabajo automatizado que una máquina puede hacer mucho mejor.

8. Las economías sanas hacen que las ganancias provengan de la innovación y el emprendimimento, no solo de las rentas especulativas. La patentes y la propiedad intelectual son positivas para innovar, pero deben durar mucho menos tiempo. Para acelerar los cambios ya existen las licencias Creative Commons y estados como el británico obligan a sus investigadores financiados por fondos públicos, a publicar en repositorios abiertos sus resultados de investigación.
 

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